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  • En la presentaci n del volumen Edgardo Lander explica que

    2019-05-13

    En la presentación del volumen, Edgardo Lander explica que la implantación del neoliberalismo como pensamiento único dificultaba vislumbrar y formular alternativas epistemológicas y de intervención intelectual. De esta manera, el libro apuesta keap1-nrf2 pathway rastrear la genealogía de este pensamiento, identificando el uso de categorías eurocéntricas, coloniales y modernas dentro de las ciencias sociales latinoamericanas. Pretende afianzar un diálogo epistemológico en el sur del mundo, visibilizando y a la vez nutriéndose de las múltiples luchas sociales e identidades que conforman América Latina. Una revisión sucinta del contenido muestra cómo esta exploración epistemológica prima respecto a una propuesta multidisciplinaria que colocara dichas preocupaciones en las relaciones intersubjetivas y las esferas de la vida cotidiana que, desde los ecl, se reconocían trastocadas a raíz de los procesos de globalización. La influencia de la perspectiva sistémica de Wallerstein se hace presente al opacar el uso del concepto globalización -pensado como un fenómeno inherente a la evolución del capitalismo global y no necesariamente novedoso- por categorías como eurocentrismo, modernidad y colonialidad del poder. No obstante la diferencia, el trabajo coordinado por Lander es sintomático de una preocupación que cruza todas las antologías del periodo: la intención de poder contar con un trazado de largo aliento, que encontrara la génesis de nuestra dependencia epistemológica, para así formular un pensamiento propio latinoamericano libre de la razón occidental y sus métodos de acercamiento a la realidad. De forma consonante pero a la vez divergente a la iniciativa coordinada por Lander, Daniel Mato encabezó un extenso y ambicioso trabajo desde la Universidad Central de Venezuela, que puso sobre la mesa la relación entre cultura y política, centrando su crítica en el uso de la noción de Estudios Culturales Latinoamericanos como campo de conocimiento. En 1999 y 2000, el Grupo de Trabajo “Cultura y transformaciones sociales en tiempos de globalización” tuvo sus dos primeras reuniones en Caracas, con la participación de más de veinte autores. Como resultado, en el año 2001 fue publicada la antología Estudios latinoamericanos sobre cultura y transformaciones sociales en tiempos de globalización, en dos volúmenes, que contaron con la participación de autores de países latinoamericanos, incluyendo a hemizygous Brasil, oriundos, en su gran mayoría, de instituciones o universidades de América Latina. Daniel Mato jugó un rol notorio como organizador de un esfuerzo que pretendió integrar a los principales actores del campo en función de reformular temas, avivar discusiones e intentar asentar las principales preocupaciones de los estudios culturales de la época. No obstante, su crítica hacia el uso del concepto de Estudios Culturales Latinoamericanos, Mato convocó a los “padres fundadores” Martín Barbero y García Canclini para poner a discusión la pertinencia del término y de ellos mismos como sus protagonistas. Mato también invitó a diversos autores que posteriormente se volvieron referentes y organizadores de nuevos trabajos y líneas de investigación como Alejandro Grimson, Elizabeth Jelin y Martín Hopenhayn. En su análisis, Mato señalaba que los procesos de globalización traían consigo mecanismos de exclusión, inequidad y asimetrías que se reproducían en el mundo intelectual y académico en un nivel global. Por ello, llamaba a atender los cruces existentes entre lo cultural y lo político para pensar el impacto de la institucionalización de los Cultural Studies en América Latina. La preocupación de Mato por incluir prácticas intelectuales diversas y rastrear históricamente lo que constituía a América Latina como lugar de enunciación, lo llevó a proponer que en lugar de Estudios Culturales Latinoamericanos, éstos fueran denominados como Estudios Latinoamericanos sobre Cultura y Poder. Con esto, puso acento en dos reflexiones -no exactamente nuevas- que desarrolló y puso en práctica a posteriori: el papel político del intelectual o académico latinoamericano y la necesidad de incorporar los análisis y teorizaciones provenientes de los movimientos sociales, activistas, pueblos indígenas, etc. Sin embargo, a pesar de reivindicar un espacio de reflexión para voces no académicas, en ambos volúmenes es mayoritaria la contribución de académicos formados en universidades, principalmente en las áreas de antropología, sociología y literatura.