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  • br Hacia un monote smo ta no Debido

    2019-07-01


    Hacia un monoteísmo taíno Debido al hecho de que la irreductible diversidad de los cemíes parece demasiado peligrosa para ser comparada con la noción antigua de divinidad, la Relación trata de proponer, aunque de manera discreta, otra forma de interpretación: es decir, la búsqueda de las huellas de un proto-monoteísmo: “Creen que está en el cielo y es inmortal, y que nadie puede verlo, y que tiene madre, mas no tiene principio, ya éste llaman Yúcahu Bagua Maórocoti, y ret inhibitor su madre llaman Atabey, Yermao, Guacar, Apito y Zuimaco, que son cinco nombres”. Este pasaje revela que la única posibilidad que le quedó a Pané fue determinar (a pesar de las formas y las supersticiones particulares de las veneraciones relacionadas con estos desconcertantes cemíes) si los taínos tenían, por lo menos, algún tipo de conocimiento de Dios, aunque, por supuesto, primitivo e imperfecto. De acuerdo con la disposición positiva del Almirante, Pané parece admitir que los indígenas (a pesar del hecho de que, al igual que todos los paganos, parecían adorar ídolos) tenían la misma necesidad natural de conocer a Dios, y por lo tanto de reconocer la inmortalidad del cielo. Estos pocos elementos, presentados como análogos, parecen suficientes para evitar la confrontación de la diferencia religiosa y cultural. No obstante, la operación se desarrolla en un nivel superficial y encuentra sólo similitudes básicas entre las supuestas creencias indígenas y la verdad del cristianismo; similitudes justificadas, por supuesto, en la falta de racionalidad de los indígenas. No es posible aquí detenernos en el análisis de la efectiva realidad y naturaleza de este “ser supremo” de los taínos; sin embargo, es preciso señalar que lo que tendría que llamar la atención de los observadores cristianos es el hecho de que su invisibilidad parece colocarlo con facilidad en la categoría histórico-religiosa de los “creadores ociosos”, más que en la categoría de las deidades de tipo monoteísta. A pesar de estas contradicciones, Pané procede en este incierto camino interpretativo. Después del fracaso de la búsqueda proto-politeísta, el fraile tampoco parece capaz de dar vida a un coherente proceso de transformación “teológica”; ni siquiera parece preparado para identificar la presencia de un verdadero Dios creador, eterno y omnisciente, entre los taínos. ret inhibitor Sin embargo, su débil tentativa interpretativa logra, al menos, seleccionar el material etnográfico suficiente para abrir el camino de la “invención” de un proto-mo-noteísmo taíno. Como ya hemos señalado, la Relación de Pané originó una cadena de referencias intertextuales que marcó de forma decisiva la primera etapa del debate sobre la religiosidad indígena, anticipando las necesidades hermenéuticas de la segunda generación de cronistas. Observamos, pues, la recuperación del texto de Pané por parte de Anglería y de Las Casas, no con la intención de reconstruir el camino filológico del manuscrito original, sino para observar las huellas de una intervención consciente de ambos cronistas. Comenzamos con el paso de Anglería que, como ya se ha señalado, tradujo al latín el texto original de Pané en el libro IX de su primera Década: “Pues creen que los zemes son mensajeros de Él que confiesan que es único, infinito, omnipotente e invisible. Cada régulo tiene su zeme, a pepsin quien venera. Sus antepasados pusieron al Dios Eterno del cielo estos dos nombres: Iocaúoa, Guamaónocon.” Esta intervención de Anglería constituye una corrección antes que una traducción de las afirmaciones del jerónimo. Según Anglería, después de haber vivido con los indígenas por muchos años, los europeos por fin se dieron cuenta de cuál era la verdadera naturaleza de los cemíes, que Pané no había sido capaz de comprender. En primer lugar, el indefinido “ser supremo” de la Relación se convierte, en el pensamiento de Anglería, en un Dios único, omnipotente e invisible (unicum fine carentem omnipotent em invisibilemque), en una deidad celestial y eterna (coelesti numini aeterno). Claro está que esta primera intervención de Anglería parece de alguna forma previsible, casi como una consecuencia necesaria del imperfecto razonamiento de Pané; más sorprendente es, sin embargo, el invento original de Anglería, que presenta un espacio “cristiano” también para los múltiples cemíes que se encuentran en la obra de Pané y que son ahora convertidos en mensajeros de Dios, como para establecer una especie de “angelología” taína.